De las hojas y ramas de un singular árbol australiano se extrae una sustancia de extraordinarias propiedades para la piel. Unas cuantas gotas de aceite del árbol del té pueden obrar maravillas en caso de acné, ampollas, quemaduras, eccemas, hongos... pero también en trastornos como la congestión nasal, otitis, ciática o cis titis, debido a su poder bactericida, fungicida, antiviral, antiinflamatorio y expecto