Michael Sledge es un texano rico que decide instalarse a vivir en Oaxaca tras comprar una hacienda en ruinas y rehabilitarla. Se instala justamente en el centro de los pueblos indígenas que migran masivamente hacia Estados Unidos. Hace el viaje en sentido inverso. Lo hace además un hombre como su pareja. Creencias en fantasmas y hechizos, fiestas y vida comunal, litigios por la posesión de la tierra, corrupción política, belleza artesanal, diversos paisajes que van conformando una atmósfera entre idílica y tremenda, tierna y ruda a la vez. Algunas de las escenas más divertidas son con un burro heredado junto con la hacienda. Otras son tremendas, como la huida del jefe de la policía o las gavillas de bandoleros que aterrorizan periódicamente la población. Metáfora sobre la igualdad de los seres humanos, pero también sobre los prejuicios, la imposibilidad de la comunicación. Los habitantes simplemente no entienden como un texano quiere y puede vivir feliz en México.