Pero qué pereza, para una princesa animada y despreocupada como Allegra, los almuerzos oficale, cuando los padres, oh sí, el rey y la reina, invitan a sus amigos y habaln, hablan y hablan. No queda más que refugiarse lo más pronto posible en el mundo de la fantasía, donde un sombrero se convierte en estanque y donde es posible encontrarse con un cocodrilo hambriento que busca cazar una rana asustada.