La literatura nunca se muestra aisladamente. Se mezcla con la historia, con la política, con el testimonio, con la cultura, con los géneros, con la vida. Nuestras literaturas son interculturales, es decir, combinan tradiciones, nacionalidades, géneros, formatos, migraciones, fronteras, ideologías. La literatura chilena del siglo XX es nuestro territorio más propio. Son los discursos que hablan de nosotros mismos. Son parte de nuestra personalidad.