El interés por los caracoles ha pasado de ser una afición de la gente del campo que, periódicamente, después de la lluvia, salía en su busca para guardarlos y consumirlos en familia durante un período más o menos amplio, a constituir una verdadera cría zootécnica digna de ser tenida en cuenta en muchas explotaciones agrarias. Este hecho, de gran importancia en países vecinos al nuestro, como Italia y, especialmente, Francia (en cuya gastronomía goza el caracol de un lugar privilegiado) nos h