Juan Carlos Onetti, acaso el mas grande narrador uruguayo, dedica su segunda novela, Tierra de nadie, a Julio E. Payro; y a partir de la segunda edicion, veinticuatro anos despues, amplia el homenaje: A Julio E. Payro, con reiterado ensanamiento. Sin embargo, poco o nada se sabia de su intima amistad. Distinguido historiador y critico del arte moderno, pintor, viajero y profesor universitario, autor de unos cuarenta libros, Payro fue un reconocido intelectual, situado en las antipodas de Onetti, el sedentario escritor, autodidacta y antiintelectual, que nunca termino la secundaria. Es dificil imaginarse dos personas mas radicalmente opuestas, tanto en su personalidad como en su obra. Debemos al acucioso investigador Hugo J. Verani el rescate de estas sesenta y siete cartas desconocidas e ineditas, documento inesperado que nos revela una faceta nueva del narrador que apenas hablo de su obra y de su trabajo. La correspondencia de Onetti a Payro reunida en este libro, a manera de feliz celebracion del centenario del nacimiento de Onetti, con un prologo y cuidadosas e informadas notas de Hugo J. Verani, comienza hacia 1937 y termina en 1955. Sin duda, fue una de las amistades mas perdurables que tuvo Onetti, un contacto epistolar y personal que se mantiene a pesar de la distancia, las ocupaciones diarias y el paso del tiempo, por casi dos decadas. Los vinculos afectivos y culturales que ligan a Onetti con su corresponsal son realmente sorprendentes en el. Reiteradamente manifiesta su alegria al recibir una carta y al enterarse que las suyas le gustan a su amigo; reclama mas cartas, visitas, paseos, vacaciones juntos, sentarse a conversar o quedarse en silencio, a solas, tomando un poco de cafe o whisky. Me siento bien, dice Onetti, pensando que usted me escucha y comprende. El lector tiene en sus manos un valiosisimo y entranable documento, esta correspondencia que nos muestra a un Onetti nuevo y desconocido.