cincuenta y tres y octava es un modesto testimonio de homenaje a manhattan, o más exactamente al barrio y la calle de manhattan donde vivió el autor. aunque próximas al reportaje periodístico, estas páginas no aspiran, sin embargo, a competir con las guías de viaje ni a orientar al turista perdido entre los estímulos, siempre excesivos, de nueva york.conget ha querido retener con palabras las esquinas, ruidos e imágenes que constituyen su relación sentimental con una ciudad cuyos rasgos desea fijar en el recuerdo.