"Zeus, dios supremo del Olimpo, no alcanzó su posición hegemónica de un modo natural, sino a través de la guerra. Nieto de Urano (el Cielo) e hijo de Cronos (el tiempo que todo lo devora) tuvo que rebelarse contra la opresión paterna para conquistar el poder y lograr ocupar el trono del Olimpo. La trabajada victoria sobre Cronos supuso un cambio de orden en el cosmos: desplazó a los Titanes, que lo habían dominado hasta entonces, y afirmó la supremacía de los Olímpicos, en adelante los señores del universo. El relato griego sobre los albores del cosmos, con su oscuro fondo de misterio, es una fascinante interpretación del paso del caos al orden, y una admirable creación poética cuya verdad esencial tiene un profundo valor simbólico y trascendente."