Antonio, un viejo locutor, recibe en un mismo año tres nefastas noticias: la muerte de su mejor amigo, el despido de la emisora en la que trabaja y la inesperada desaparición de una extraña mujer de la que se había enamorado. Todo esto ocurre en su vida tan rápido como los cambios que estaba viviendo a finales de los noventa, cuando todo a su alrededor pasaba de lo análogo a lo digital. Con la misma rapidez, una serie de acontecimientos van llevando a los personajes de esta novela a alumbrar sus penumbras y a descubrir verdades inimaginables. Freisman Toro regresa a un tema recurrente en su obra: las añoranzas, la nostalgia por las cosas que se van. Una pregunta frecuente que el lector se hará en este relato trepidante es: ¿Qué tanto nos aferramos al pasado, a las cosas y a las personas? Esta novela es también un tributo a la amistad, a los secretos familiares, a los invisibles y poderosos hilos del amor y las viejas lealtades.