Los trabajos directivos son muy exigentes. Es precisamente su esencia. Sólo son posibles con una gran dedicación, tiempo y esfuerzo. Condicionan mucho la vida de quienes los desempeñan. Por lo tanto, es importante aprovechar ese tiempo para encontrar la felicidad. Como el líder del grupo de pingüinos, el directivo es el primero en arriesgarse. Sin que importe «morir en el intento». ____________________________________ Francisco Javier Elviro, médico y directivo sanitario, actualmente gerente de hospital, escribe a su sobrina Belén, directora de una clínica en Barcelona, sobre su peripecia profesional. Las cartas van desvelando situaciones comprometidas sobre las decisiones que ha tomado en su carrera: retos de organización, adaptación a los cambios y, especialmente, gestión de personas y liderazgo. Apasionado de la gestión empresarial y de la cocina, el doctor Elviro con sus «recetas» consigue contagiar al lector de su realismo optimista, del placer de sacar las empresas adelante y del arte de convivir entre crisis y problemas diarios. CONTENIDOSIntroducción, 17 I.Carta. Una actitud de vida, 21 II.Carta. Una actitud de muerte, 25 III.Carta. Las batallas las ganan los encajadores, 29 IV.Carta. La soledad de trabajar en equipo, 33 V.Carta. Optimistas y pesimistas, 39 VI.Carta. El miedo al cambio, 49 VII.Carta. La gota que desborda el vaso, 55 VIII.Carta. Cada toro tiene su lidia, 59 IX.Carta. Los buenos momentos, 65 X.Carta. El fondo y la forma, 69 XI.Carta. Gestionar el no, 75 XII.Carta. Ganar-ganar, 81 XIII.Carta. Aprende a perder el tiempo, 87 XIV.Carta. Calidad, ética y estética, 93 XV.Carta. El último del coro, 103 XVI.Carta. Dar, tirar o empujar, 109 XVII.Carta. No te embrutezcas, 117 Conclusión, 121