Para Stefan Zweig: se producen dos sentimientos ante Dostoyevski. El primero es terror y el segundo grandeza. Existen hombres cuyo destino es más grande que su fuerza. Existen otros que por el contrario superan su destino. Unos pocos lo igualan, es decir, su fuerza y su destino son en gran medida maravillosos y terribles. Pero debemos entender que maravilloso no puede ser sinónimo de fantástico, ni terrible (entendido como lo horrible). Puede ser simplemente normal, y normal puede traducirse como real, como un fatal entender que así es la vida misma.
"Catalogada como una de las más importantes obras de la literatura rusa, colmó todas mis expectativas. "