"Poco antes de morir, la madre de Terry Tempest Williams le dijo: «Te voy a dejar todos mis cuadernos. Pero prométeme que no vas a verlos hasta que me haya ido». La noticia de que esa mujer reservada —que, además de darle la vida, había sido su amiga y hermana— escribía diarios sorprendió a la escritora. Sin embargo, mayor fue su asombro cuando, tras la muerte de la madre una semana después, descubrió que los cuadernos estaban vacíos. Tres estantes de cuadernos completamente en blanco. A lo largo de los 54 fragmentos que componen este libro, Williams intenta explicarse la naturaleza de este silencio radical y responder a la pregunta «¿qué significa tener una voz?».
"No me lo pudieron enviar lo cual fue una pena."