Un hombre que hace desaparecer el cadáver de Lenin, un banquero ruso que construye una villa como las de California en Siberia, un clon que ha sido creado como donante de órganos y no sabe qué hacer con su alma, una vagabunda alcohólica que va a buscar a su hija, un preso que se reencuentra con su mujer, son algunos de los personajes que pueblan las páginas de estos relatos «postmodernistas» que proclaman el fin de la dictadura de un estilo.Esta antología pretende agrupar a escritores que en apariencia no tienen nada en común. Tan sólo que todos han nacido en el territorio de la antaño Unión Soviética, que todos escriben en ruso, aunque en la actualidad vivan en Ucrania o en Berlín, y que ninguno publicó hasta la época postsoviética. Pero hay más coincidencias: todos ellos se dieron a conocer en el panorama literario a través de Internet y todos tienen profesiones que no tienen nada que ver con la literatura aunque escribir sea fundamental en sus vidas. También hay rasgos de estilo comunes: cercanía al lector (la mayor parte de los relatos están escritos en primera persona) y alejamiento de la lengua literaria (lengua desacreditada por el abuso del estado socialista, que se valió de la expresión literaria con fines propagandísticos), reutilizando el lenguaje coloquial como lengua de su expresión narrativa que renuncia a culpar, a acusar, y sólo intenta constatar los hechos, describir la realidad.