Autor de novelas magistrales, empezando por El cielo protector, a Paul Bowles le pasa lo mismo que a tantos escritores que alcanzan la cunmbre en un género: se tiende a olvidar que también la alcanzaron en otro. Esta antología preparada y prolongada por Guillermo Saavedra, es una muestra perturbadora y exquisita de su maestría en el arte del cuento.