En una celda, en su última noche, un hombre espera que se cumpla una vieja sentencia. Callado, impasible, un vivo ya muerto, un muerto nunca vivo, tiembla por primera vez ante la cercanía del fin. Y allí aparecen algunos fantasmas de quien sufre el pánico de convivir con su conciencia. ¿Se puede ser asesino sin tener una ra zón? ¿Hay siempre una justificación detrás de cada comportamiento? Dante. "Ni siquiera