De cerca está escrito con los siete sentidos, aunque la neurología haya descubierto muchos más. Son historias que muestran debilidad por la vista cansada, el oído de acúfenos discretos, el olfato infantil, el gusto despierto, el tacto estremecido, el movimiento permanente y el sentido cinestésico... percibir, percibirse y, de repente, hablar. Improbable aventura. Es un texto de intentos, aproximaciones, donde lo virtual, sin rubor, acecha y acompaña, pero entre cuento y cuento queda siempre ajustarse las gafas... o el iris, mirar de cerca y enfocar.