Diversos son los modos de hacer pervivir en el presente la historia. El más sensible, también el más eficaz para el anhelo de transmisión, tal vez sea versar lo histórico en clave literaria, para así devolverle a los sucesos de la historia, las vidas que los han configurado y habitado. Este modo de transmisión requiere de una fina sensibilidad, cualidades difíciles de hallar en un escritor, y que están presentes en Sverdlik. El lector de la obra que tiene entre manos, se encontrará con un libro de historia confeccionado con relatos de vida, algunos reales y otros productos de la fértil imaginación de su autor, pero cabe decir, todos ellos reales, puesto que lo verdadero está dado por la potencia expresiva con la cual logra hacer sentir al lector lo ocurrido desde el inicio de la Shoá, hasta la Guerra de los Seis Días.El nudo de la trama gira en torno a Déborah, una joven judia polaca en la época del inicio de la Shoá. Alrededor de esta historia central, se entrecruzan 'personajes históricos', Wladyslaw Szpilman, Antek Zukerman y Tzivia Lubetkin, el capitán Wilm Hosenfeld e Irena Sendlerowa entre otros sobrevivientes, los fatídicos Hans Frank, J ¼rgen Stroop, Frank Stangl y Kurt Franz. La mirada que Sami aquí nos brinda, posee la amplitud de la honestidad. El fin de la guerra, desemboca en la presente trama, en una meta clara: el retorno a Israel, iniciando de este modo el último momento de la obra.'