Uno de los problemas más estudiados en economía, es cómo alcanzar altos niveles de bienestar para la población en un contexto de escasos recursos. A diferencia de las teorías clásicas acerca de crecimiento y desarrollo, las neoclásicas plantearon la solución de lograr altas tasas de crecimiento en la producción y en los ingresos como condición necesaria para alcanzar el bienestar social en una línea de causalidad, donde el crecimiento económico es el determinante fundamental del progreso social de los pueblos. Por otro lado, la teoría tradicional postula que un prerrequisito para alcanzar niveles más altos de bienestar y de crecimiento económico es la acumulación de capital físico. En el largo plazo, este crecimiento se debe reflejar en más bienestar social para toda la población. Este libro, en línea con algunos de los planteamientos iniciales de los economistas clásicos, presenta una teoría del desarrollo en la cual se considera que la causalidad es exactamente la contraria y, por lo tanto, una economía que aspire a crecer de forma acelerada debe hacer, primero, un gran esfuerzo de inversión social, creador de capital humano; mediante potencializadores/satisfactores sociales de la población, capaces de desencadenar procesos de crecimiento económico acelerado. Promoviendo el mejoramiento de la eficiencia y la productividad del recurso humano junto con los demás factores productivos asociados, en un contexto restringido por la escasez de recursos para invertir, la sostenibilidad ambiental, el grado de eficiencia institucional y las condiciones del entorno internacional.