Durante el primer semestre de 2006, una masiva movilización de los estudiantes secundarios remeció a la sociedad chilena y sacudió a las nuevas autoridades de gobierno, conviertiéndose en uno de los movimientos sociales más significativos de las últimas décadas. Fue la revolución de los pinguinos. Los cantos y consignas de la revolución pinguina se apagaron, pero sus consecuencias se perciben nítidamente en la educación chilena.Para responder a la protesta estudiantil, el campo político -gobierno y oposición- acordó intervenir el sistema educativo, introduciendo diversos cambios que en la práctica conforman una nueva reforma educacional. Este conjunto de modificaciones constituye la reestructuración institucional del sistema escolar más relevante desde la vuelta a la democracia en 1990.A partir de diferentes perspectivas, este libro analiza precisamente algunos de los temas críticos y más controversiales de la emergente reforma educacional: ¿Por qué habría que apoyar especialmente a la educación pública si cada vez más familias llevan sus hijos a escuelas privadas? ¿Son la Superintendencia de Educación y la agencia de la Calidad un aporte o un retroceso para el mejoramiento del sistema escolar? ¿Cómo se puede mejorar la formación de los profesores si las universidades son autónomas? ¿Es conveniente reducir la educación básica y extender la educación media? ¿Es compatible la selección de alumnos por parte de las escuelas con el derecho a la educación y la equidad educativa?