En El crimen del padre Amaro -novela en la que un párroco de provincias, amparado en la impunidad que le proporciona su condición de clérigo, se ve arrastrado por la pasión y el deseo a la degradación moral- el autor aborda el tema del celibato eclesiástico en una sociedad dominada por el oscurantismo y la omnipotencia de la Iglesia católica.