Pequeñas aventuras y cuadros costumbristas y realistas madrileños y de otros lugares del sur de España interesados especialmente por la perspectiva visual de la sociedad de su época. Los diversos cuadros están organizados en diez "trancos" por los que se mueven el protagonista y su diabólico acompañante, el "cojuelo", un tipo del folclore popular frecuente en hechicería y refranes. Un texto divertido y sarcástico que se convirtió en todo un clásico de las letras españolas del siglo XVII.