Un museógrafo recibe un extraño encargo de una misteriosa coleccionista: reunir en un lugar los recuerdos de las personas, los objetos que lleven encima exactamente en el momento de su muerte… El protagonista intentará encargarse de este encargo tan peculiar de la mejor manera posible, pero se verá sumido en una espiral pe ligrosa que tal vez le obligue a realizar algún acto irreparable. Ogawa firma con esta obra un auténtico thriller psicológico digno de un guión de Hitchcock: los recuerdos de las muertes son cada vez más perturbadores a medida que la novela avanza. ¿Acaso el museógrafo irá dando, uno tras otro, nuevos pasos hacia la ilegalidad, llegando a convertirse incluso en auténtico cómplice de ciertos actos de su extraño cliente?
"Sólo diré que la historia fue genial, como siempre los japoneses son unos genios en cuanto a misterio se trata. O eso opino yo. "