La independencia judicial ha sido uno de los temas más recurrentes, en el momento en que la Rama Judicial representa un órgano del poder de gran relevancia. En América Latina, en virtud de los contextos sociales que atravesó la región a lo largo del siglo XX, el poder judicial fue reducido a uno de los órganos más débiles del poder, ocasionando, además de otros factores, ilegitimidad e ineficacia de los sistemas jurídicos internos. Las dictaduras, las guerras civiles internas y, en general, la violencia política, encontraron refugio en la debilidad del sistema judicial, lo cual causo graves problemas en los Estados.