Con su primera novela, El prisionero de Zenda (1897), el novelista inglés Anthony Hope inició la moda de aventuras en países imaginarios, como es el caso de Ruritania, donde se desarrolla la acción de esta intriga palaciega. La combinación de amor y aventuras en dicha novela resulta tan atrayente que fue llevada al cine en 1952. El novelista escribió una continuación: Rupert de Hentzau (1898).