"Alguien tenía que haber calumniado a Josef K pues fue detenido una manana sin haber hecho nada malo." Así comienza esta novela, en la que, una vez informan al protagonista de que se ha iniciado un proceso contra él, le aseguran que conocerá los cargos a su debido tiempo. Un proceso laberíntico que supone para Josef K una toma de conciencia de sí mismo, una realidad que le obliga a reflexionar sobre su propia existencia, la pérdida de la inocencia y la aparición de la muerte. La situación en la que se encuentra el protagonista, a pesar de que pueda parecernos absurda en un principio, Kafka consigue que se nos haga muy verosímil. Max Brod, amigo, editor y albacea literario de Kafka, decidió publicar El proceso tras la muerte de su autor, a pesar de que éste había manifestado en una nota su deseo de que todos sus escritos fuesen destruidos sin ser leídos.