Nadia sólo tiene ocho años pero se le ha acabado la infancia. Una bomba ha destruido su casa y con ella su vida, su rostro y la situación económica acomodada en la que vivía. Una niña que a los diez años decide cambiar el velo blanco por el turbante, adoptar la identidad de su hermano muerto y trabajar sin descanso por la supervivencia de los suyos.
"Tuve la oportunidad de ver la adaptación de la historia de Nadia Ghulam, en el pasado Festival Internacional de Teatro de Manizales. La obra logró conmoverme, hacerme reír, llorar y pensar en muchas cosas de la vida. Sé que el libro no me defraudará y reafirmará lo que sentí al ver esta obra de teatro, para mi la mejor de esta temporada que recién finalizó"