El conocimiento de la naturaleza es siempre un conocimiento sometido a mediaciones. En nuestras concepciones de la naturaleza se concretan inevitablemente ?es verdad? mediaciones culturales, ling??sticas o sociales. Es cierto, tambi?n, que en la ciencia natural esas mediaciones configuran elementos necesarios para la creaci?n te?rica. La sociolog?a de la ciencia ha conseguido ilustrar, sin duda, importantes aspectos socioculturales y psicosociales de la investigaci?n cient?fica. Pero incluso tomados como factores o aspectos necesarios, tales aspectos son insuficientes si queremos conocer por completo la trama conceptual del conocimiento cient?fico. El conocimiento de la naturaleza compromete criterios epistemol?gicos que no constituyen una mera prolongaci?n acr?tica de valores coginitivos cristalizados en la din?mica social, y el mundo f?sico contin?a siendo un horizonte de reflexi?n con ra?ces e implicaciones filos?ficas fundamentales. Este horizonte, tomado en toda su generalidad, marca el sentido de la presente obra.