Era imposible calcular con exactitud, pero habría unos dos o más centenares de guerreros por cada soldado español. -¡Por mil diablos! -exclamó Hernando de Soto-. Si el grueso del ejército está en el Cusco, ¿entonces qué es esto? -¡Tened calma! -dijo Francisco Pizarro. El capitán sabía que la suerte estaba echada.
"Me encantó la obra de la conquista española, además me ayudo mucho con el curso de historia del Perú. "
Racso Domingo 31 de Mayo, 2009"Uno de los mejores libros que ha escrito"