"Una novela de iniciación sobre la supervivencia y el sentido de humanidad en un mundo tomado por el agua. Jerónimo, de trece años, y su hermana Emma, de ocho, ven desde la puerta que da a su jardín en el barrio Cristales, de Cali, la lluvia constante que cae sin darles tregua. También observan con recelo el paso de los más desesperados, que buscan un mejor destino en el norte. El padre se debate entre quedarse en su casa con lo poco que les queda o unirse con sus hijos y su mujer enferma a alguna de las caravanas que funcionan como una especie de sectas religiosas. Mientras el día de la decisión definitiva llega, los dos hermanos intentan entretener sus horas con precarios juegos: hacer viajes imaginarios en el carro de los vecinos, inventar caucheras, salir de cacería. No se alcanzan a imaginar que un giro definitivo en sus vidas revelará en cuál de todos ellos reside la peor de las violencias. «Una suerte de tremenda distopía en torno a seres humanos que vuelven a sus raíces primarias, a su instinto de supervivencia, al juego del horror y de la destrucción. Este es un libro que se devora sin pausa, mientras el lector es devorado por sus signos fatales»."