Por primera vez en la arqueología Boricua se realiza un trabajo que integra la investigación de campo, la historia nacional y la tradición oral de una porción de la zona kárstica Norte-central del país. Y por primera vez se descubre la evidencia científica de que nuestros ancestros nativos estaban habitando la zona de cuevas de Morovis todavía para mediados del Siglo XIX.El estudio del yacimiento arcaico de “La Tembladera” en Morovis revela aspectos novedosos sobre la sobrevivencia de la etnia nativa en Boriquén, sus fuentes alimentarias, el origen de las materias primas que procesaban, sus prácticas mortuorias, el reciclaje de materiales de la cultura europea y las representaciones pictóricas de sus actividades cotidianas en el arte rupestre de la zona.Nuestros abuelos arcaicos de Morovis mantuvieron sus prácticas culturales intactas por más de cuatro milenios, hasta mediados del Siglo XIX, lo que constituye la prueba fehaciente de que su legado indígena pasó intacto a nosotros, los jíbaros, los nativos que aún habitamos esta tierra. En estas páginas desfila la evidencia científica que sustenta esta gran verdad por tanto tiempo oculta y negada.