Del zoológico personal de Edward Gorey, nos llega una colección de animales exóticos no siempre mansos y no siempre peligrosos, no siempre grandes y no siempre pequeños, no siempre tímidos y no siempre comestibles. Unos flotan, otros se arrastran. Algunos duermen todo el día y hay uno que no deja de mirar. Conviene entrar con cuidado.
"El libro cumplió con las expectativas además de pertenecer a una muy bella edición, recomendación total "