En nuestro mundo fotográfico digital saturado de imágenes repetidas trasnochadas y narcisistas la contemplación se convierte en un ejercicio visual amenazado en una acción sedienta de tiempo y espacio. Eliana Vásquez nos entrega en esta colección póstuma un abanico de imágenes evocadoras e intensas en su quietud y reflexión simbólica. Estas obras precisan de ese espacio y de ese tiempo para que se logre el disfrute de su composición y contenido. Cada encuadre minuciosamente construido parte en ciertos casos del entorno del momento y de la capacidad personal de abstraer