Tras varias crisis en todas las áreas de su vida y después de pasar 20 años como abogada enfocada en divorcios, Renée Bauer reconoció el problema central que compartían tanto sus clientas como el resto de las mujeres que la rodeaban, incluyéndola a ella misma: ser educadas para complacer a todos los demás por encima de sus propios deseos. ¿Y qué se consigue con esto? Mujeres que dejan de lado sus intereses, ignoran sus sentimientos y evitan el conflicto, es decir, mujeres que apagan su propio fuego.