Una novela extraordinariamente divertida, tierna y muy bien escrita. Visión de la Cuba posrevolucionaria a través de las cuitas de dos adolescentes que descubren la amistad, el sexo y el amor. Es una novela generacional, donde el autor evita cualquier peligro de localismo. Hay ironía respecto a algunos aspectos de la política cubana, pero siempre en clave de humor.