Este pequeño tratado de Edgardo Kawior, El enigma de la verdad. Ensayo en tres actos sobre Psicoanálisis y Teatro, no carece de intensidad. Como lo anuncia en el prólogo Hernan Casciari, es la intensidad de la construcción. Al autor de este libro lo conocí hace algunos años y lo bautice inmediatamente el Pelado Intenso. En aquel momento se me acerco y me propuso un proyecto que finalmente hicimos juntos; yo con mucha pereza, y el con una exaltación peligrosa. Ese proyecto, que debió haber sido un fracaso, se transformó sin embargo en una especie de juguete que disfrute mucho. -Una obra en construcción- fue un experimento en donde este Pelado Intenso empezó dirigiendo escenas teatrales y acabo como Licenciado en psicología. Lo mismo que podría conducir a un director a convertirse en psicoanalista, traduce en estas páginas su enigma. Porque dice sobre el deseo, sobre el síntoma, sobre el fantasma, y realiza una lúdica interpelación del neurótico, principalmente. El libro se va nutriendo de la escena analítica, analiza sus dimensiones, e interpela sus conclusiones. Son tres actos, y a la vez tres propuestas, donde tanto los analistas como los analizantes podrán encontrarse en sus singularidades. Un modo certero de acercar la clínica, la interrogación entre Psicoanálisis y Teatro, para que ambas digan sobre sus enigmas y sus verdades, que son tal vez los nombres del arte.