Sentires de un vagabundo soñador que deambula por las calles de la gran ciudad, entonando los latidos de su corazón para aquella alma que esté dispuesta a escuchar su llamado de auxilio. Sentires que son paradigmas de la vida misma, donde la elegancia de la palabra se confunde con los parámetros de la cruel sociedad que define sus sentimientos, pero que en sus visiones aún está su horizonte. Su objetivo: hallar su tesoro, para que al compás de suaves besos, pueda descansar su alma.