Es lo que se pregunta Diego cada día. No entiende qué hace que sus compañeros le vean tan diferente: es alto, guapo y estudioso; pero no le gusta el fútbol, escucha jazz yEn las paredes de su cuarto no hay fotos de futbolistas. En su equipo de música no suenan cantantes clónicos ni ritmos prefabricados. En sus estanterías no se acumulan medallas deportivas. En su armario no guarda ropa de marca, confeccionada siguiendo la última moda. En clase escucha y toma apuntes. ¿Es motivo suficiente para llamarle ‘‘Eskoria’‘?