Trabajando un gusano su capullo, la araña, que tejía a toda prisa, de esta suerte le habló con falsa risa muy propia de su orgullo: "¿Qué dice de mi tela el señor gusano? Esta mañana la empecé temprano y ya estará acabada a mediodía. Mire qué sutil es, mire qué bella..." El Gusano con sorna respondía: "¡Usted tiene razón: así sale ella"