Las encuadernaciones regias evidencian la pugna de sus artífices por alcanzar un ideal en el que se reúnan la eminencia técnica y el esplendor artístico. Creaciones exclusivas, estas obras apelan tanto a la fruición mediante el tacto como al deleite visual. Sin embargo, su relevante significación cultural traspone el ámbito del lujo. Su sentido reside en la función ceremonial y en la representativa, en procurar el rango adecuado a la obra institucional, en revestir de excelencia y hacer perdurable la creación cultural o en cumplir homenaje con el monarca entre cuyas manos descansarán. Pero, además, en las cortes, en los salones de la nobleza, en los gabinetes eruditos, la encuadernación contribuye a proporcionar el aura que identifica el genuino acontecimiento cultural, aquel que acompañará para siempre la marcha de la Historia.La exposición, prevista para abril de 2012, reunirá doscientas cincuenta encuadernaciones seleccionadas de entre los fondos de Patrimonio Nacional en lo que constituirá una muestra excepcional, irrepetible, de estas obras de arte. Son piezas creadas para el uso del propio monarca, desde el tiempo de Carlos V o Felipe II, y que ofrecen un panorama privilegiado de las reales bibliotecas de las casas de Habsburgo y Borbón. O bien, colecciones completas extraordinarias, atesoradas por conspicuos mecenas y que acabaron por enriquecer la biblioteca del Rey, traspasando así a la Corona el enorme prestigio intelectual que la reunión de tales conjuntos había merecido a sus propietarios.