Familia y afectividad constituyen los dos ejes que reúnen el segundo volumen de 'Opáuaia II: estudios interdisciplinares sobre familia. Creemos en la importancia que tiene la dimensión afectiva de la realidad familiar, ya que en ella se sientan las bases del crecimiento y desarrollo de la persona. Es en la familia donde se sientan los primeros lazos afectivos y se despiertan los primeros sentimientos hacia los otros. Entre ellos puede destacarse el amor, por el que las personas descubren desde muy temprano el valor y el reconocimiento de la individualidad de los sujetos con los que convive. Es en la comunidad familiar donde la persona descubre y se pone en contacto con el mundo de los valores, a partir de los cuales se relaciona con el mundo y con los demás. Gracias a estos valores la persona alcanza grados cada vez más altos del conocimiento de sí mismo, lo que le permite y hace posible su crecimiento espiritual. Pero también desde esta apertura al mundo de los valores es que puede encontrarse de modo auténtico con los otros y hacer donación de sí mismo.