Como pude caer tan bajo! ¡Como pude llegar a esto! ¡A este estado! ¡A ser el eslabon perdido entre el hombre y la bolsa de papas! ¡Yo que siempre me senti tan bien, tan feliz!... Siempre fui tan feliz me acuerdo de mi, de ella, de la casa, las cosas cada cosa en su lugar, las tacitas tan limpias, y los platitos los platitos de porcelana uruguaya, blancos, ordenados uno arriba del otro como una piramide reluciente, inmaculada, perfecta.