Abel Murcia identifica tiempo y espacio: el tiempo es nuestro espacio, nuestras experiencias son nuestro destino. Cuenta los años en kilómetros, como si la vida fuera ese viaje que cantan los guardias suizos de Louis Ferdinand Céline al principio de su Viaje al fin de la noche. Al leer Kilómetro 43 conversamos acerca del azar, de nuestro sometimiento al teimpo, de la vida como fuga y progresiva derrota inevitable, física. El poema es un medio de visión de nuestra temporalidad, espacio y tiempo, vida y destino. Ésta es la tradición a la que pertenece Abel Murcia: la que encuentra en la poesía una forma de conocimiento de lo rela. Justo Navarro