¿En qué consisten los trabajos psíquicos para construir un vínculo parentofilial sano, creativo y flexible? ¿En qué consiste la complejidad del entramado vincular? ¿Qué problemáticas y cómo van resolviendo los padres a la hora de comunicar una historia respecto del origen al hijo que han adoptado? ¿Cómo elaboran las familias las diferencias entre hijos adoptivos e hijos biológicos? Romper, diluir, de construir, hacer algo con la inercia que tienen los prejuicios insertos en la cultura es siempre un trabajo difícil. Y Paula Berenstein emprende la tarea de diluir inteligentemente lo que atañe a los prejuicios referidos a cómo debe conformarse una familia, cómo deben concebirse los hijos y cómo se pueden pensar y procesar las adopciones en familias que, por diversos motivos, no tuvieron acceso a engendrar. Desde una acepción más amplia que eludir la particularidad que implica la esterilidad y la posibilidad de adoptar, en dichas familias se hace manifiesto el complejo proceso de adopción que la autora aborda desde tres grandes temas que, por otra parte, también son válidos para pensar la construcción de los vínculos en cualquier grupo familiar: El vínculo parentofilial, pensado desde el pensamiento complejo, implica tener en cuenta la multideterminación. Están, por un lado, los actos, los relatos realizados por los padres, sus deseos, sus fantasías, sus síntomas y, por otro, lo evitado, lo silenciado. A su vez, la subjetividad de las familias se establece por una multiplicidad de interacciones que suceden en un tiempo y en un espacio determinado.