"Para Borges la crítica no era sino una metaforización de la creación". Bajo esta clave, y una lectura extremadamente creadora, el escritor (y crítico y profesor) Juan Manuel García Ramos reconduce la obra del insigne Jorge Luis Borges. Un hombre-lector, creador de esencias con las palpitaciones del alma y unos ojos invisibles que hoy son su propia metáfora: el hombre que no ve y ve, él y el otro, el hombre y su espejo sin sombra. "Ahora creo", recoge García Ramos del propio Borges, "que las únicas metáforas buenas son los lugares comunes".