En el ochocientos la novela era la televisión del lector que quería escaparse de su prosaico medio soñando una vida nueva, y el escape más emocionante se lo brindaba la novela histórica romántica. La demanda era enorme y se produjeron novelas románticas a centenares. Renuévanse en éstas temas, ambientes, hazañas y usos amorosos del libro de caballerías, mas se tratan con la mayor novedad, pues se les aplica la moderna y metódica observación realista. Al mismo tiempo se inventan técnicas nuevas con las que ganará en verosimilitud toda la novela posterior.