Enamorarlos, Clelia: la de los ojos de hielo, sus pupilas frías, los pasos silenciosos, el pensamiento previo a cada palabra. Toda su vida estaba calculada. Nada se le escapaba por intervención del azar. Era el orgullo del Partido Revolucionario, un cuadro heroico, auto suficiente, un autómata que prescindía del corazón, o al menos eso era lo que esperaban de ella sus mentores. TENÍA ESPÍRITU PARA SER REVOLUCIONARIA? Desde los albores de la década del sesenta del siglo veinte el continente Americano asistió a un auge en la lucha revolucionaria influida por los aires cubanos y sus míticos comandantes, amenazando a gobiernos dictatoriales y democráticos sin distinción. CÓMO Y CUANDO CAMBIÓ SU VIDA? Dentro de todo el torbellino de ideologías una niña buscaba encajar en el mundo con una mochila repleta de armas, dudas, sentimientos, dolores y resentimientos. FUE LA MUERTE SU INFLUENCIA PARA COMENZAR LA LUCHA? En alguna conversación, en un libro, por acción de la casualidad alguien le citó a Marx, al comunismo, a las bondades de la revolución, el ideal de una sociedad sin distinción de clases y se enamoró. Decidida a cambiar de vida se aventuró a conocer a nuevos compañeros, ideas, doctrinas, sensaciones: una vez con la decisión tomada nadie pudo detenerla.