La peste verde se está propagando por las familias, colegios, pueblos, ciudades, ¡por el país completo! Ojalá contagie a toda la población. ¿Qué locura es esa? ¿Será posible que exista una peste que nos haga bien? Sí, es posible. La peste de la que nos habla este poema no nos enferma. Nos sana y nos invita a oler, tocar, valorar y disfrutar la naturaleza y la vida al aire libre. El contacto con ella despierta los sentidos y la creatividad. Contagiémonos de la peste verde para que se expanda por todos lados. Este libroi apoya la educación ambiental desde na perspectiva no fatalista, sino esperanzadora.