A lo largo de su vida Carlos IV manifestó una amor sincero por Aranjuez que contribuyó más que ningún otro monarca a su embellecimiento, con la creación del Jardín del Príncipe, entre la calle de la Reina y el Tajo, y la incorparación de diversas especies botánicas que extendieron la fama de estos jardines más allá de nuest ras fronteras. Cobra todo su sentido esta publicación en el "Año de Carlos IV" que Pat