El autor describe una intriga palaciega, en un país anónimo, muy peculiar pero semejante a otros, donde el presidente desencadena un sinnúmero de hechos contraproducentes, y muchas veces hasta irracionales. Sucesos que despertarán en los lectores recuerdos históricos, ejecutados por los presidentes en varias zonas del planeta, con los cuales se identificarán conflictos cercanos a todos, en tiempo y espacio. Concluye con una moraleja al estilo de las fábulas de Esopo: «al elegir a los que aspiran a dirigir el destino de una nación, eviten que mi historia se repita». Malo que la mayor parte de las veces, el dictador llega al gobierno bajo una piel de oveja, y al asumir el mando, olvida sus pro-mesas, sucumbe ante el magnánimo poder y se torna lobo. Bestia ambiciosa que devora por años interminables las riquezas de su país de origen, sumiendo a sus habitantes en la más desgarradora pobreza. Donde lo peor de todo, es la ignorancia del pueblo de su propia miseria.