Cr¡tica a la ostentaci¢n moral del legislador que concibe lasociedad como un parvularioEste libro parte de la constataci¢n de que la ley se ha pervertido de manera flagrante ydemasiado frecuente. Basta con echar un vistazo a las exposiciones demotivos de muchos de nuestros textos legislativos para comprobar quese han convertido en manifiestos de propaganda pol¡tica en los quevolcar altisonantes compromisos ideol¢gicos y partidistas.Los excesos ret¢ricos de los pre mbulos al articulado apuntan a que el legislador concibe a los destinatarios de esas normas m scomo p rvulos necesitados del ®refuerzo positivo¯ que como agentesaut¢nomos y racionales.El catedr tico Pablo de Loraargumenta en este incisivo ensayo que atravesamos una crisis delEstado liberal en la que su instrumento normativo nuclear, la ley, seha corrompido gravemente. Estamos inmersos en un tipo de legislaci¢n®antilegalista¯ que ya no tiene el prop¢sito originario de expresar la voluntad general y establecer derechos y deberes con pretensi¢n decoherencia, abstracci¢n y generalidad. Por el contrario, Losderechos en broma analiza c¢mo la degeneraci¢n de la ley correparalela a otra patolog¡a jur¡dico-pol¡tica: la incesante ampliaci¢ndel cat logo de derechos humanos. Pr cticamente todas las demandassociales se convierten en la vindicaci¢n de la garant¡a de un derecho, con la consiguiente perversi¢n del debate p£blico, la deliberaci¢ncolectiva y el dise¤o institucional.De Lora demuestra que estos fen¢menos son la derivada natural de una pervertidamoralizaci¢n de la pol¡tica que desconoce la diversidad y elpluralismo moral razonable que habita en nuestras sociedades. Ya no se presupone que los ciudadanos tienen que ser interpelados,persuadidos, sino educados. Un ejercicio infantilizado de la acci¢np£blica que aborda los problemas sociales a los que se enfrentan lassociedades contempor neas de forma maniquea, emocional ysimplista.Este ensayo analiza las amenazas queatentan contra nuestros ideales ilustrados en un momento en que elexhibicionismo moral se est convirtiendo en el fin primordial de lapol¡tica.